Los posters retro vintage empiezan a ser un must have en diseños de interiores retro modernos, dan mucha vida gracias a sus colores y creatividades estilo vintage. Empezamos a colgarlos de nuestras paredes cuando somos adolescentes y cuando somos mayores los quitamos, pero eso ya no es así, ahora colocándolos en un marco son un elemento decorativo genial y nostálgico.

Posters retro vintage

Los empezamos a ver decorando paredes en la serie Friends, en sus apartamentos de Nueva York, y desde entonces los hemos ido incluyendo en nuestra decoración hasta que hoy en ya no es tendencia, sino que es una realidad, y nos encanta ver posters retro y vintage.

Tienen una habilidad innata para ser el centro de atención de cualquier sitio donde los pongas, son tan llamativos que se se llevan todas las miradas, por eso gustan tanto a los diseñadores de interiores.

Lo que los hace tan populares es que hay de muchos tipos, tantos como estilos de decoración. Si tu casa es de estilo de los años 60-70 puedes colgar pósters Pop Art, si es de los años 20 puedes colgar pósters de carteles de cine o de rótulos de tiendas, si es de estilo rústico puedes colgar pósters de comida o café, si es de estilo moderno o contemporáneo puedes colgar todo tipo de pósters, etc.

Cómo decorar con posters retro vintage

Lo normal es enmarcarlos para que no parezcan un poster de adolescentes y colgarlos de la pared, o lo puedes apoyar en una mesa, en un mueble o estantería. Pero hoy en día se permite todo, hay quien los pone en el suelo, a mi personalmente no me gusta porque dificulta la limpieza de la casa.

Se está poniendo muy de moda decorar con posters como si fuesen carteles de cine, enfocando una luz para resaltarlos, o si te lo puedes permitir con marquesinas retroiluminadas, como en los cines. Esta técnica de decoración se usa mucho en habitaciones de ocio, sobre todo si la utilizas para ver películas.

Los posters retro vintage son geniales para dar vida, si la habitación tiene pocos contrastes y se mantiene neutral, el poster la sacará de la monotonía. Si tienes una gran pared lisa de tonos suaves, coloca un gran poster, verás la diferencia.

Personalmente prefiero los posters que despiertan recuerdos en mi, son más emotivos, tienen más significado y por tanto aportan mucho más valor a la decoración. Por ejemplo, el poster de tu película favorita cuando eras peque, el de alguna golosina que comías y ya no se vende, etc.